Cada tanto nos toca volver a los dinosaurios, ya que es muy difícil escaparle a la dinomanía (confesémoslo, la mayoría somos hijos de la generación Jurassic Park... o Pie Pequeño -The Land Before Time para los conocedores-). Esta vez vamos a hablar sobre una novedad (de hace un tiempo, pero novedad al fin) en el mundo de los dinosaurios sudamericanos. Empecemos poniendo un poco en contexto.
Spike, el estegosaurio de The Land Before Time (Pie Pequeño para nosotros) |
El estegosaurio de La Amarga fue encontrado por el paleontólogo argentino José Bonaparte, alguna vez llamado "el Maestro de la Era Mesozoica" (por el amigo Robert Bakker, y por José Luis Sanz en el libro "Cazadores de Dragones", más precisamente). En varios artículos científicos y libros de divulgación (desde 1995), Bonaparte describió algunos materiales que asignó al primer estegosaurio del continente, aunque no le otorgó un nombre formal, de ahí la denominación antes mencionada. A lo largo de los años, otros paleontólogos discutieron sobre estos restos, acordando con Bonaparte sobre su asignación al grupo de los dinos con tejado, o refutándola. Más recientemente, Maidment y colaboradores (2008) indicaron que los restos de La Amarga no presentaban caracteres suficientes para sostener la asignación original, y se trataría de un ornitisquio indeterminado. Poco tiempo después Pereda-Superbiola y otros paleontólogos (2012) realizaron una redescripción de estos poco conocidos restos, ilustrando por primera vez el total de los materiales y afirmando la propuesta inicial de don José Bonaparte. Los restos pertenecerían a un estegosaurio. Y ahora viene lo bueno.
La única plaquita que se conoce del Estegosaurio de La Amarga (MACN-PV-N-85) |
En 2014, el paleontólogo aficionado ruso Roman Ulansky publicó un trabajo titulado "Evolution of stegosaurs (Dinosauria; Ornithischia)" en la revista que él mismo edita, "Dinologia". En este artículo, escrito enteramente en cirílico, Ulansky revisó varios registros asignados con dudas a Stegosauria y decidió crear nuevos y lindos nombres para todos ellos, valiéndose de las descripciones hechas por autores previos. Y he ahí, tenemos a Amargastegos brevicollus. En 2013, Pereda-Superbiola y sus colaboradores determinaron que la falta de materiales no les permitía concluir que se trataba de un nuevo taxón, a pesar de que no se parecía a ninguno de los estegosaurios con los que lo compararon. Se puede decir que dejaron todo servido. Pero aquí comienza la controversia. Varios paleontólogos discutieron la validez del trabajo de Ulansky, debido a varias razones: el autor no revisó por si mismo estos materiales (y se basó en trabajos previos), no elaboró diagnosis ni descripciones rigurosas para los nuevos taxones, el trabajo salió publicado en una revista amateur editada por el mismo autor (y por lo tanto, no sometida al proceso de revisión por pares -el famoso peer review-). Ulansky reclamó en el mismo trabajo el haber registrado los nombres en Wikipedia y Zoobank,
Entonces...... ¿es válido el nombre que Ulansky le puso al estegosaurio criollo?. Según el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (por acá, y en español), SÍ, a pesar del nombre poco original. ¿Por qué? para que un nombre este disponible (entiéndase, "válido"), debe estar acompañado de una descripción que permita diferenciarlo o referencie a alguna publicación que lo haga, y (a partir del año 2000) debe dejar en claro la intención de declararlo como un nuevo nombre (los famosos sp. nov., n. sp., etc. que suelen acompañar a los nombres). Según el mismo código, le elaboración de una diagnosis es recomendada, pero no indispensable, y Dinología cumple los requisitos mínimos requeridos para considerarse "obra publicada" por el código (la necesidad de revisión no está establecida por el código). Vale aclarar que la validez del nombre no implica la validez del taxón, ya que el código de nomenclatura actúa como herramienta y no realiza decisiones de carácter científico. En el futuro, un paleontólogo puede considerar que los restos de Amargastegos no constituyen un taxón distinto y sinonimizarlo con otro, o considerarlo carente de caracteres distinguibles.
Un caso muy parecido ocurrió en 2010: Henry Galiano y Raimund Albersdörfer publicaron una monografía titulada "Amphicoelias "brontodiplodocus" A new sauropod, from the Morrison Formation, Big Horn Basin, Wyoming, with taxonomic reevaluation of Diplodocus, Apatosaurus, Brontosaurus and other genera". Con esa gran y elocuente cabecera, los autores desarrollaron un no muy largo texto donde presentan el hallazgo de cinco especímenes de una nueva especie que llaman jocosamente Amphicoelias "brontodiplodocus", realizan un estudio tafonómico y paleoecológico, describen la existencia de variación fenotípica, ontogenética y dimorfismo sexual, revalidan el género Amphicoelias (del que ya hablamos por acá) y relegan como sinónimos de éste a Apatosaurus, Barosaurus, Diplodocus, Eobrontosaurus, Supersaurus, Seismosaurus y Suuwassea (básicamente, todos los otros saurópodos diplodócidos de la Fm. Morrison). Este trabajo también fue autopublicado e ignorado por autores posteriores. Si bien la publicación cumple las indicaciones del código (excepto lo de aclarar explícitamente que se trata de un nuevo taxón), los materiales que revisa no se encuentran depositados en colecciones adecuadas con números o designaciones dentro de la misma. Al parecer, lo que circuló era una especie de "trabajo en progreso" (lo cuál se puede sospechar debido a los errores tipográficos y las falencias en la lista bibliográfica en la monografía; y suponemos que esto también explicaría el uso de comillas en el nombre específico). Los mismos autores del trabajo declararon su invalidez. Michael Taylor se explaya un poco más sobre este caso en su propio blog.
En 1995, el aficionado Stephan Pickering, en otro trabajo autopublicado, nombró una enorme cantidad de nuevos géneros y especies de dinosaurios, principalmente terópodos. Este trabajo fue intencionalmente ignorado por la comunidad dinosaurológica. Por acá se puede leer una entretenida discusión al respecto.
Saliendo un poco de los dinosaurios, es conocido el caso de Raymond Hoser, un herpetólogo australiano aficionado, que ha nombrado más de cien taxones (incluyendo lagartos, serpientes y cocodrilos) en artículos autopublicados, los cuáles han sido desprestigiados por el resto de los herpetólogos a lo largo de los años. La revista Scientific American denonimó al trabajo de Hoser como vandalismo taxonómico. Tim Williams llamó a este tipo de aficionados taxónomos rebeldes, e instigó a la comunidad científica a boicotear este tipo de labores y al Comité Internacional de Nomenclatura Zoológica a pronunciarse en contra.
Ahora el debate: ¿es necesario atacar este tipo de trabajos? ¿las contribuciones de los aficionados son válidas, o, como rezan algunos profesionales, ralentizan el verdadero trabajo científico?. El labor de los aficionados ha permitido la recuperación de innumerables hallazgos, sobre todo en países donde escasean los profesionales, o los recursos para trabajos de campo no son abundantes. En países como España, donde el coleccionismo de fósiles se ha tornado en un hobby comparable a la filatelia (el coleccionismo de estampillas y sellos) o la numismática (el coleccionismo de monedas), los aficionados han contribuido con mucho trabajo y han realizado libros y catálogos con mucha pericia.
Como regalo para el público del blog, les presentamos en exclusiva la primera reconstrucción del estegosaurio argentino realizada por el paleoartista Ezequiel Vera, que, dicho sea de paso, es uno de los autores del blog:
PD: Gracias a Martín Ezcurra quien nos aclaró que el número de repositorio del estegosaurio argentino es MACN-Pv-N-85 (y no MACN-Pv-N-43, como figura erróneamente en todas las publicaciones donde es mencionado).
Actualización 11-02-2016: Recientemente, Galton y Carpenter revisaron a "Stegosaurus" longispinus, una de las especies tratadas por Ulansky al mismo tiempo que el estegosaurio de La Amarga (y para la cual acuña el nuevo género Natronasaurus), y agregaron una discusión sobre el trabajo del amigo ruso. Estos autores indican que los nombres propuestos por Ulansky califican como "nomina dubia" debido a que según ellos la revista Dinologia no cumple los requisitos del Código (los argumentos principales son la carencia de un ISSN, la ausencia de una entidad detrás de la revista y la carencia de un website q la respalde). Si bien los artículos del código a los que aducen no son determinantes, Galton y Carpenter se apoyan en recomendaciones propuestas posteriormente y aún no expresadas formalmente (por ejemplo, las de Krell). Esto abre más camino a discusiones e interpretaciones. Para cerrar, ambos se despachan con una opinión acerca del trabajo de investigadores amateur y notan la necesidad del peer-review (revisión por pares) y de editores para evitar este tipo de problemas.
Bibliografía
Galiano, H., and Albersdörfer, R. 2010. Amphicoelias “brontodiplodocus”, a new sauropod, from the Morrison Formation, Big Horn Basin, Wyoming, with a taxonomic reevaluation of Diplodocus, Apatosaurus, Barosaurus and other genera. Dinosauria International Ten Sleep Report Series No. 1. Disponible aquí.
Galton, P. and Carpenter, K. 2016. The plated dinosaur Stegosaurus longispinus Gilmore, 1914 (Dinosauria: Ornithischia; Upper Jurassic, western USA), type species of Alcovasaurus n. gen. N. Jb. Geol. Paläont. Abh. 279/2: 185-208. Con su resumen por acá.
Krell, F.-T. 2015: A mixed bag: when are early online publications available for nomenclatural purposes? – Bulletin
of Zoological Nomenclature 72 (1): 19-32.
Entonces...... ¿es válido el nombre que Ulansky le puso al estegosaurio criollo?. Según el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (por acá, y en español), SÍ, a pesar del nombre poco original. ¿Por qué? para que un nombre este disponible (entiéndase, "válido"), debe estar acompañado de una descripción que permita diferenciarlo o referencie a alguna publicación que lo haga, y (a partir del año 2000) debe dejar en claro la intención de declararlo como un nuevo nombre (los famosos sp. nov., n. sp., etc. que suelen acompañar a los nombres). Según el mismo código, le elaboración de una diagnosis es recomendada, pero no indispensable, y Dinología cumple los requisitos mínimos requeridos para considerarse "obra publicada" por el código (la necesidad de revisión no está establecida por el código). Vale aclarar que la validez del nombre no implica la validez del taxón, ya que el código de nomenclatura actúa como herramienta y no realiza decisiones de carácter científico. En el futuro, un paleontólogo puede considerar que los restos de Amargastegos no constituyen un taxón distinto y sinonimizarlo con otro, o considerarlo carente de caracteres distinguibles.
Un caso muy parecido ocurrió en 2010: Henry Galiano y Raimund Albersdörfer publicaron una monografía titulada "Amphicoelias "brontodiplodocus" A new sauropod, from the Morrison Formation, Big Horn Basin, Wyoming, with taxonomic reevaluation of Diplodocus, Apatosaurus, Brontosaurus and other genera". Con esa gran y elocuente cabecera, los autores desarrollaron un no muy largo texto donde presentan el hallazgo de cinco especímenes de una nueva especie que llaman jocosamente Amphicoelias "brontodiplodocus", realizan un estudio tafonómico y paleoecológico, describen la existencia de variación fenotípica, ontogenética y dimorfismo sexual, revalidan el género Amphicoelias (del que ya hablamos por acá) y relegan como sinónimos de éste a Apatosaurus, Barosaurus, Diplodocus, Eobrontosaurus, Supersaurus, Seismosaurus y Suuwassea (básicamente, todos los otros saurópodos diplodócidos de la Fm. Morrison). Este trabajo también fue autopublicado e ignorado por autores posteriores. Si bien la publicación cumple las indicaciones del código (excepto lo de aclarar explícitamente que se trata de un nuevo taxón), los materiales que revisa no se encuentran depositados en colecciones adecuadas con números o designaciones dentro de la misma. Al parecer, lo que circuló era una especie de "trabajo en progreso" (lo cuál se puede sospechar debido a los errores tipográficos y las falencias en la lista bibliográfica en la monografía; y suponemos que esto también explicaría el uso de comillas en el nombre específico). Los mismos autores del trabajo declararon su invalidez. Michael Taylor se explaya un poco más sobre este caso en su propio blog.
En 1995, el aficionado Stephan Pickering, en otro trabajo autopublicado, nombró una enorme cantidad de nuevos géneros y especies de dinosaurios, principalmente terópodos. Este trabajo fue intencionalmente ignorado por la comunidad dinosaurológica. Por acá se puede leer una entretenida discusión al respecto.
Saliendo un poco de los dinosaurios, es conocido el caso de Raymond Hoser, un herpetólogo australiano aficionado, que ha nombrado más de cien taxones (incluyendo lagartos, serpientes y cocodrilos) en artículos autopublicados, los cuáles han sido desprestigiados por el resto de los herpetólogos a lo largo de los años. La revista Scientific American denonimó al trabajo de Hoser como vandalismo taxonómico. Tim Williams llamó a este tipo de aficionados taxónomos rebeldes, e instigó a la comunidad científica a boicotear este tipo de labores y al Comité Internacional de Nomenclatura Zoológica a pronunciarse en contra.
Barbie Paleontóloga Aficionada, mostrando trazas de trilobites recién encontradas (tomado de aquí) |
Ahora el debate: ¿es necesario atacar este tipo de trabajos? ¿las contribuciones de los aficionados son válidas, o, como rezan algunos profesionales, ralentizan el verdadero trabajo científico?. El labor de los aficionados ha permitido la recuperación de innumerables hallazgos, sobre todo en países donde escasean los profesionales, o los recursos para trabajos de campo no son abundantes. En países como España, donde el coleccionismo de fósiles se ha tornado en un hobby comparable a la filatelia (el coleccionismo de estampillas y sellos) o la numismática (el coleccionismo de monedas), los aficionados han contribuido con mucho trabajo y han realizado libros y catálogos con mucha pericia.
Como regalo para el público del blog, les presentamos en exclusiva la primera reconstrucción del estegosaurio argentino realizada por el paleoartista Ezequiel Vera, que, dicho sea de paso, es uno de los autores del blog:
Amargastegos brevicollus, 2016, por E. Vera |
PD: Gracias a Martín Ezcurra quien nos aclaró que el número de repositorio del estegosaurio argentino es MACN-Pv-N-85 (y no MACN-Pv-N-43, como figura erróneamente en todas las publicaciones donde es mencionado).
Soldier: It's coming this way, sir!
The Doctor: Good grief.... It's a Stegosaurus!
Invasion of the Dinosaurs, Doctor Who (1974)
These days, kids look at a Stegosaurus like an elephant from the city zoo
Claire Dearing, Jurassic World (2015)
(...)
Spike, The Land Before Time (1988)
Actualización 11-02-2016: Recientemente, Galton y Carpenter revisaron a "Stegosaurus" longispinus, una de las especies tratadas por Ulansky al mismo tiempo que el estegosaurio de La Amarga (y para la cual acuña el nuevo género Natronasaurus), y agregaron una discusión sobre el trabajo del amigo ruso. Estos autores indican que los nombres propuestos por Ulansky califican como "nomina dubia" debido a que según ellos la revista Dinologia no cumple los requisitos del Código (los argumentos principales son la carencia de un ISSN, la ausencia de una entidad detrás de la revista y la carencia de un website q la respalde). Si bien los artículos del código a los que aducen no son determinantes, Galton y Carpenter se apoyan en recomendaciones propuestas posteriormente y aún no expresadas formalmente (por ejemplo, las de Krell). Esto abre más camino a discusiones e interpretaciones. Para cerrar, ambos se despachan con una opinión acerca del trabajo de investigadores amateur y notan la necesidad del peer-review (revisión por pares) y de editores para evitar este tipo de problemas.
Bibliografía
Galiano, H., and Albersdörfer, R. 2010. Amphicoelias “brontodiplodocus”, a new sauropod, from the Morrison Formation, Big Horn Basin, Wyoming, with a taxonomic reevaluation of Diplodocus, Apatosaurus, Barosaurus and other genera. Dinosauria International Ten Sleep Report Series No. 1. Disponible aquí.
Galton, P. and Carpenter, K. 2016. The plated dinosaur Stegosaurus longispinus Gilmore, 1914 (Dinosauria: Ornithischia; Upper Jurassic, western USA), type species of Alcovasaurus n. gen. N. Jb. Geol. Paläont. Abh. 279/2: 185-208. Con su resumen por acá.
Krell, F.-T. 2015: A mixed bag: when are early online publications available for nomenclatural purposes? – Bulletin
of Zoological Nomenclature 72 (1): 19-32.
Maidment, S.C.R., Norman, D.B., Barrett, P.M. & Upchurch, P., 2008. Systematics and phylogeny of Stegosauria (Dinosauria: Ornithischia). Journal of Systematic Palaeontology 6, 367–407.
Pereda-Superbiola, X., Galton, P., Mallison, H., Novas, F. 2013. A plated dinosaur (Ornithischia, Stegosauria) from the Early Cretaceous of Argentina, South America: an evaluation. Alcheringa 37 (1): 1-14.
Pickering, 1995. Jurassic Park: Unauthorized Jewish Fractals in Philopatry. A Fractal Scaling in Dinosaurology Project, 2nd revised printing. Capitola, California. 478 pp.
Ulansky, R. E., 2014. Evolution of the stegosaurs (Dinosauria;Ornithischia). Dinologia, 35 pp. [in Russian]. Disponible aquí.
Llamar a tu propia revista Dinología, publicar en cirílico un montón de especies sin ver los materiales ni nada (e ilustrando bastante poco!), no tener peer review... no se como se puede pretender mucho... por otro lado, si bien el trabajo de Ulansky se basó en descripciones de otros autores, hay que destacar que a veces pasa que los materiales con los que trabajan estos autores "amateurs" o como se los quiera llamar son muy interesantes... los fósiles ilustrados en esa monografía del Amphicoelias son realmente preciosos. Y es una pena que estén inaccesibles no solo a su estudio y publicación oficial, sino a cualquiera que los quiera revisar. Pero ahí nos metemos en el tema de las colecciones privadas...
ResponderEliminarAhora, siendo que Galton y Carpenter definen un género nuevo al igual que Ulansky para los mismos elementos, no habría sido posible tratar el nombre como nomen vanum mas que nomen dubium, y aportar datos para formalizar la publicación, reteniendo la denominación de Ulansky? No leí el trabajo de Galton y Carpenter, así que no se si lo discuten...
Ah, y debo decir que estoy casi seguro que el estego de la Amarga fue ilustrado por Jorge Blanco (en una enciclopedia de Dinosaurios y otros animales prehistóricos que salía en La Nación), y por Jorge Gonzalez en el libro de Novas de Dinosaurios Argentinos que tiene un Megaraptor de Gabriel Lio en su tapa. Es probable que haya mas reconstrucciones (tal vez en los libros de Sebastián Apesteguía ilustrados por Gonzalez?)
¡Es la primera reconstrucción realizada por Ezequiel Vera! ¡Pero esta la primera bajo el nombre Amargastegos!
ResponderEliminarSí, el estegosaurio de La Amarga fue dibujado ya por Jorge Gonzalez en el libro de Novas (al menos tengo conocimiento de esa reconstrucción).
En el libro nuestros dinosaurios de sebastian apesteguia ya habia sido tapa del libro pero sin su nombre
ResponderEliminar¡Es verdad!
EliminarEn el libro nuestros dinosaurios de sebastian apesteguia ya habia sido tapa del libro pero sin su nombre
ResponderEliminarEs verdad! acá hay una imagen de la tapa del libro (de una publicación de Mercado Libre...)
Eliminarhttp://mla-s2-p.mlstatic.com/nuestros-dinosaurios-ornitisquios-13659-MLA3064741761_082012-F.jpg
El animal existio, tiene material que demuestra sus rasgos de stegosauria y destaco que podrían hacer una correcta diagnosis y validarlo como Amargastegos.
ResponderEliminarEs de destacar que Ulansky le dio una identidad saliendo de si se hizo bien o mal su nombramiento
A eso hacemos referencia en el post, justamente.
EliminarHola como estan ¿Donde puedo ver los huesos del animal y la descripción de Ulansky? es que quiero hacer una versión a color del mismo
ResponderEliminarHola Nicolás: el trabajo de Ulanski está linkeado en la bibliografía al final del artículo. Y los materiales del Amargastegos (el material, bah) está depositado en la colección de Paleontología de Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", en la Ciudad de Buenos Aires
EliminarHola como están, yo pienzo que este dinosaurio abra tenido mucha relación de parentesco con el Isaberrysaura Mollensis y con los dinosaurios Eurypodos de Suráfrica
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