martes, 8 de diciembre de 2015

Desmitificando a las madres... o el principio de superposición de los estratos


-      ¡Má! No encuentro el guardapolvo – domingo por la noche o lunes a la mañana, en cualquier casa del país


La madre se dirige a la pila de ropa y, quizás sin mirar, levanta un par de pulóveres y aparece el guardapolvo, borrando de un plumazo la ilusión de que la ausencia de guardapolvo le permitiera faltar a la escuela. Esa escena, repetida en muchas casas, refuerza el mito del superpoder de las madres de encontrar cosas. Pero si añadimos el factor “ella lo planchó” empieza a resolverse parte del mito. Para hacerlo, contaremos la historia desde el principio. Durante la semana se va acumulando ropa tanto para lavar como para planchar, el viernes llegan los guardapolvos, que tras ser lavados quedan primeros en la pila de ropa para planchar. Esto hace que sean los primeros en ser planchados…


Foto: Chuavechito sabe que la ropa
de arriba está recién planchada.


…y los que quedan debajo de la ropa recién planchada. A medida que continúa su tarea, remeras, camisas, pantalones, van apilándose sobre los guardapolvos. Inclusive si hace diferentes pilas para cada hijo, los guardapolvos quedan abajo. Con los libros y apuntes ocurre lo mismo: ¿dónde es más probable que halles lo que leíste ayer? ¿Por encima o debajo de la tarea de la semana pasada?

Que lo más nuevo esté arriba y por ende lo más viejo abajo, no es nuevo y para variar lo notaron antes los persas. En el siglo XI, Avicena escribió mientras miraba las montañas, que si una capa (de tierra) se formaba y luego otra, se iban apilando una sobre otra, y así delineó lo que más tarde se denominaría “Principio de superposición de los estratos”. El problema es que como todo lo que ocurría en el mundo árabe (o ruso, o chino), quedó allí esperando traducción.

Más tarde, Steno (nombre “artístico” latinizado del danés Niels Steensen), anatomista y en sus ratos libres Padre de la Geología, formuló el principio: “Las capas de sedimento se depositan en una secuencia temporal, donde las más antiguas se encuentran en posición inferior a las más recientes”. Capas de sedimento, ropa, libros. Pero, ¿para qué sirve entender eso?

Ejemplo de capas de sedimento,
cada uno de los colores en el
Cerro de los Siete Colores de Jujuy
(NdR: dentro de cada color hay muchas capas,
pero esta es la idea)



Estamos por el año 1600, hablar de abajo y arriba, de antes y después, hizo que los científicos se preguntaran sobre el tiempo: fue el puntapié inicial a buscarle la edad a la Tierra. Por otro lado, varios naturalistas habían notado la existencia de los fósiles, pero la creencia general era que se formaban de las piedras, porque no se podía pensar que hubieran sido animalitos que vivieron, murieron y se enterraron. Para ese momento, el mundo había sido creado tal cual se lo veía. Cosas de la religión dominante. El mismo Steno comparó y notó la similaridad entre las glossopetrea y los dientes de tiburón, pero “por si las moscas” no levantó revuelo al respecto.

Saltamos a fines del siglo XVIII, a Inglaterra. William Smith trabaja como perito topógrafo y viaja por el país observando con mucha atención la regularidad con la que se superponen los estratos, y que muchas veces se repetían en un lado y en otro. Se quedó un tiempo largo trabajando en Somerset y tuvo la oportunidad de examinar en detalle el canal del carbón de aquella ciudad, donde confirmó que las capas no eran horizontales sino que inclinaban hacia el Este. ¿Cuál es la importancia de esto?

Junto al “Principio de superposición” siempre se menciona otro, el de “horizontalidad original”, básicamente dice que una capa se deposita horizontal, y si se la encuentra inclinada es que pasó algo (geológicamente hablando). Si Smith veía que las capas inclinaban hacia el Este, quiere decir que, si las buscaba al Oeste, tenía que irse arriba de las montañas para encontrarlas. O quizás no tan arriba pero casi.
- ¡Encontré oro!
- ¡Yo también!


Por otro lado, al mirar los estratos se dio cuenta que cada capa de roca podía identificarse también por los fósiles que tenía dentro. Y que los conjuntos de capas con rocas y fósiles similares se encontraban por varias regiones de Inglaterra. Dicho esto, se puso manos a la obra y copiando los mapas agrícolas que diferenciaban zonas con colores, preparó el primer mapa geológico de Inglaterra, tan exacto que los mapas actuales apenas difieren del que publicó en 1815.

Smith tuvo la mala suerte de haber nacido en el seno de una familia humilde, y no fue aceptado por la élite británica, sino plagiado por la Sociedad Geológica de Londres, que vendió copias baratas de los mapas y lo llevó a la ruina y por consiguiente, a la cárcel (por deudor). Diez años después le dieron el merecido reconocimiento y lo denominaron “Padre de la Geología (de Inglaterra)”.

Imagínense la utilidad de esto: es la base para todos los estudios geológicos que se hacen hasta la actualidad.

¿Quiere carbón para que funcionen las fábricas? ¡siga esa capa!

¿Quiere saber dónde quedó la camisa que usó el martes? Seguro que debajo de la del miércoles, jueves y viernes, y si hay varias pilas de acuerdo al tipo de prenda, siga la secuencia que la va a encontrar siempre –o más o menos- en la misma posición.


"No one can make a crab walk straight"

Aristófanes